lunes, 2 de diciembre de 2013

ESPACIOS, TIEMPOS Y DINÁMICAS DE LAS ARTES PLÁSTICAS EN CALI: BLOC NO ES EL PROBLEMA.

Por: Carlos Fernando Quintero Valencia

En los últimos tres años, sin falla y sin falta, cuando salen los resultados de la convocatoria BLOC (Becas Locales de Creación de Cali) y cuando se realizan las respectivas exposiciones, llegan a mis correos, se comenta por Facebook e, incluso, llegan a casa los dolientes y quejosos. La situación es normal y no es para alarmarse. Siempre ha sucedido y sucederá. Es parte de nuestra natural condición animal y humana. Lo mismo sucedía cuando se realizaban los salones de arte con premios. Nunca había un consenso sobre los premiados. Incluso, para el pasado Salón (Inter)Nacional de Artistas, muchas fueron las quejas y las demandas, encabezadas por prestigiosos actores del medio artístico nacional, antes beneficiarios del evento. Por eso, casi me atrevería a decir que el volumen de críticas y cuestionamientos, antes que alarmar, debería convertirse en un indicio positivo, que determinaría que los proyectos o los programas tienen impacto y relevancia. Si no fuera así, nadie diría nada.

La diferencia este año ha sido que las manifestaciones de descontento y rechazo se han hecho públicas y evidentes, lo que parece indicar que algo está pasando, al menos en cuanto a la actitud de los actores del medio de las artes en Cali. Creo que se está llegando a una situación hartazgo, que superaría con creces la situación de descontento e inconformidad general, por las faltas y carencias del medio local. Desde hace unos años se presentan cada vez más iniciativas privadas, pequeños espacios y eventos se han dado en la ciudad, sobre todo gestados por jóvenes artistas. Esto pone en evidencia que muchos son los actores actuales y cada vez parecen menos los espacios y recursos destinados a las artes. Igualmente parece indicar que hay serios vacíos en cuanto a las calidades y cualidades de los actores culturales, sobre todo en cuanto a los encargados de las entidades gubernamentales (o sea, Secretarías de Cultura). Y mucho falta desde la academia, que se ha limitado a replicar un modelo de formación artística (que ya huele a caduco), sin pensar ni proponer en la formación de cuadros directivos para las artes, que potencien y dinamicen el medio artístico local.

Lo fácil es echarle la culpa al BLOC y a sus organizadores. Sí, creo que hay cosas por revisar y ajustar, como sucede con cualquier proyecto o programa (nada y nadie es perfecto). Sin embargo, el programa y sus eventos responden a las expectativas e intereses de un sector de las artes plásticas y visuales de la ciudad. Y el problema parece ser este, que es el único programa con estas características, en un medio cada vez más deprimido e ignorado. Es muy difícil que un solo programa abarque en su diversidad, multiplicidad y complejidad, todos los fenómenos artísticos locales. Lo anterior, seguramente, sucede en cualquier medio artístico dinámico y activo. Faltaría entonces mayor apoyo a las artes locales, involucrando los diferentes sectores y las diferentes prácticas. En definitiva, al final de todo, no estamos hablando de arte sino de derechos ciudadanos.

Obras de Juan Melo y Precarius tecnologicus. Casa Proartes. BLOC, 2013.


Y si vamos a hablar de arte, ya entrados en el siglo XXI, debemos ir más allá del mainstream o la corriente principal y comenzar a valorar y apoyar a sectores que, bien sea por desconocimiento, negligencia o algún(os) terrible(s) acto(s) de discriminación (racial, social, sexual, de género, económica o política, o todas las anteriores y más). Lo que también se parece cuestionar, en el fondo de las discusiones, tendría que ver con cambios de modelos de las artes, de cómo, quién, por qué se producen las obras y cómo, dónde, cuándo, a quién y por qué se difunden estas obras. Porque todo parece indicar que ya no estamos en un modelo centrado y único, sino más bien en un modelo abierto y diverso. Sería como pasar de un medio que piensa en el juicio estético, como eje principal de sus valoraciones, a un medio que hable de prácticas y fenómenos culturales y artísticos, donde el juicio sea una parte y no el centro de la reflexión.


En síntesis, las quejas sobre el BLOC parecen más sobre la situación local de las artes, que sobre el mismo programa y sus eventos. Por eso, más allá de cuestionar o criticar al BLOC y las actuales exposiciones, se debería revisar el modelo y el sistema de las artes en Cali y ver si responde o no (estoy casi seguro de lo segundo) a las condiciones y expectativas del sector en general. Una de las vías, es haciendo una revisión crítica del pasado de las artes locales (y por extensión nacionales y, por qué no, globales) en cuanto a la cantidad y calidad de espacios y tiempos para las artes plásticas y las posibles o potenciales relaciones con el público. Esta revisión se propondrá, al menos de manera parcial, en los artículos siguientes en Desde la Kverna.

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