viernes, 26 de abril de 2019

El misterio de "La última cena" de Leonardo da Vinci | DW Documental





Este 2 de mayo del 2019 se conmemora el fallecimiento de uno de los más grandes personajes de la historia, Leonardo Da Vinci. Con motivo de esta fecha, les presento este documental de la DW, para iniciar mi "Año Leonardo Da Vinci"...

jueves, 4 de abril de 2019

MATEMÁTICAS SIMPLES Y PREGUNTAS INCÓMODAS


La situación que actualmente vive el suroccidente colombiano, con el cierre de la única carretera pavimentada (casi en su totalidad) que une las tres capitales de departamentos, las peloteras entre diferentes comunidades, las múltiples informaciones de medios y enteros, los comentarios de ciudadanos del común y no tan del común, me han obligado a dejar mi cómodo palco de primera fila, para generar algún comentario que seguro no me eximirá de los tomatazos de unos y los escupitajos de otros. Mucho se dice y se desdice, se hace y no se hace, pero poco se aclara de la situación. Hagamos un pequeño ejercicio de indagación, suma, resta, multiplicación y división, para que oteemos el panorama.

Uno de los puntos fundamentales, diría que el más importante y el que más sangre ha generado en las últimas décadas y siglos es la tierra. Tanto indígenas como campesinos están solicitando más tierras para sus cultivos y para su protección, lo que definitivamente no ha sido atendido por el gobierno nacional. Según lo han dicho miembros del gobierno nacional, incluido el señor presidente, las comunidades indígenas, compuestas por cerca de 200.000 personas, tienen 300.000 hectáreas y, según otras informaciones, están solicitando 41.000 hectáreas más. Si hacemos nuestra primera aritmética simple y dividimos el número de hectáreas por el número de miembros de la comunidad indígena, el resultado nos propone 1,5 hectáreas por persona, lo que podría parecer mucho. Sin embargo, otras fuentes han planteado que una familia campesina necesita al menos 20 hectáreas para tener una producción agrícola que le permita vivir dignamente y si pensamos que la familia promedio colombiana se compone de 4 miembros (papá, mamá y dos hijos) y multiplicamos el cociente anterior por estos 4 hipotéticos familiares, llegamos a la cifra de 6 hectáreas, que al ser restadas de las 20 anteriores, nos darían un faltante de 14 por familia, o lo que también equivaldría, sumas, restas, divisiones y multiplicaciones más, a que cada persona necesitaría al menos 3,5 hectáreas más. La situación se complica por de ser 5 hectáreas por indígena, estaríamos hablando de un millón de hectáreas en total, o sea mucho más de las 41.000 solicitadas (faltarían 700.000).

Para mirar el problema de la tierra en el Cauca de manera más amplia, vamos a lo más popular y cercano en términos de la “indagación rigurosa”… Wikipedia… Según nuestra gran enciclopedia, el Departamento del Cauca tiene cerca de 23.308 kilómetros cuadrados, que equivalen a 2’330.800 hectáreas. Según las cifras mencionadas en el párrafo anterior, las comunidades indígenas tienen cerca del 12,9% del territorio, lo que parece bastante. Lo que no se dice o no queda claro es quien tiene o posee el 87,1% restante (esto se le olvida al gobierno y a los medios de comunicación decirlo). Les aseguro que yo no… apenas ocupo 100 metros cuadrados y eso que compartido con cinco gatos y su mamá (la de los gatos, obviamente). Siguiendo con nuestra “exhaustiva indagación”, el Departamento del Cauca tiene 1‘355.000 habitantes, entre ellos, nuestros queridos 200.000 indígenas. Regla de tres simple… los indígenas serían cerca del 14,8% de la población del departamento, y tendrían sólo el 12,9% de las tierras… ¿les faltaría el 1,9% de tierras? Y si la tierra se repartiera de esa manera ¿dónde pongo los mojones para la parcela de mi gatuna familia? Claro, yo tengo poco de campesino, como muchos de los citadinos. Sin embargo aún no me olvido que la leche viene de las vacas, los tomates, las cebollas, las papas, las zanahorias son cultivadas por manos campesinas y las gallinas son criadas por ídem y no provienen, todos estos productos, de los supermercados como algunos parecen creer. Un indígena y un campesino necesitan más tierra para sembrar y cultivar, para criar ganados, pollos y peces, ¿no les parece?

Actualmente se habla de una “crisis” en Popayán, ciudad en la que desde hace un año vivo. Crisis que de verdad aún no siento ni me ha tocado, porque hasta güevos tengo, todavía (sé que algunos lo dirán en singular). Crisis que no se justificaría si hubiera más rutas que conectara a las ciudades y los municipios, si el Cauca tuviera una salida al mar, si los indígenas y campesinos tuvieran tierras para producir… en fin… ¿Y por qué esta “crisis” con gobernantes tan eficientes y eficaces, no los de ahora, si no los de siempre?


CARLOS FERNANDO QUINTERO VALENCIA