(continuación...)
POR:
CARLOS FERNANDO QUINTERO VALENCIA.
1.
PRIMER MOMENTO: EL SURGIMIENTO DEL “ARTE
CONTEMPORÁNEO”.
Se podría ubicar el
surgimiento del “arte contemporáneo”, hacia las décadas de 1960 y 1970, cuando
se comienzan a presentar manifestaciones de un “nuevo arte”, que parece
coincidir en tiempo, en diferentes lugares del planeta.
Lo común de estas nuevas
manifestaciones es la ruptura con los sistemas de representación y producción
artística tradicionales, integrando nuevos materiales y procesos, la búsqueda
de nuevos espacios o el replanteamiento de las relaciones de los artistas y sus
obras con los lugares expositivos convencionales, derivando hacia relaciones y
espacios no convencionales, y el replanteamiento de las nuevas relaciones con
los públicos.
En Colombia, una
generación de artistas, coincidente con este período, comienza a desarrollar
procesos de obras con características similares. Entre los que más se han
destacado, que permanece vigente y a quien se considera como uno de los pioneros
del arte contemporáneo colombiano, se encuentra Antonio Caro Lopera (Santa Fe
de Bogotá, Colombia, 1950). En una fugaz entrevista en su casa de Bogotá, tuve
la oportunidad de preguntarle al artista sobre las razones que lo llevaron a
realizar en ese momento ese tipo de obras. Su respuesta fue clara y contundente:
“No tenía recursos y tenía la necesidad de decir cosas que necesitaba decir”. Si
bien Caro se refiere a sus primeras obras, como Homenaje tardío de sus amigas y amigos de Zipaquirá, Manaure y
Galerazamba (más conocida como Cabeza
de Lleras, 1970) o Aquí no cabe el
arte (1972), la referencia y la respuesta se puede aplicar a toda su
producción artística, hasta la fecha.
De la primera obra, que
además fue la primera destacada participación del artista en el Salón Nacional,
el crítico de arte venezolano Juan Calzadilla comentaba:
Me pareció (y digo me pareció
porque a estas alturas la estatua de sal debe haberse ya deshecho) que esta
obra contiene una idea original, sabiamente resuelta en una forma
anti-artística, que corresponde al arte político de nuestros días, o sea a un
tipo de arte pobre que se basa en la concretización de ideas y consignas mediante
formas elaboradas con el sólo fin de impugnar y molestar, lejos de todo
propósito estético.
Sobre lo escrito por
Calzadilla, Caro comentó: “Calzadilla dijo: “Es arte povera, es una
manifestación conceptual y es política”. Al otro día yo sabía: Soy conceptual,
en la forma tengo una tendencia povera y me interesa lo político, eso no lo
sabía hasta que Calzadilla lo dijo. Y ya metido ahí, me tocó asumirlo”.
Tanto Cabeza de Lleras
como Aquí no cabe el arte hacen referencia explícita al acontecer político y
social de Colombia, al utilizar en la primera la figura del presidente saliente
Carlos Lleras Restrepo y en la segunda al involucrar los nombres de
desaparecidos y asesinados , al inicio de 1970.
Si bien Caro hace parte
de una generación de artistas que abren la puerta de lo que llamaríamos hoy
“arte contemporáneo”, el gusto general del arte en Colombia se mantuvo o se
mantiene casi inmutable, hablando del público en general y en las regiones. Es,
realmente, hasta la década de 1990, cuando ese gusto general comienza a sufrir
un cambio sustancial.
(Sigue...)
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