sábado, 13 de septiembre de 2014

LAS CUENTAS TRISTES: LA CRISIS DE LAS INSTITUCIONES CULTURALES DEL VALLE DEL CAUCA. EL CASO DEL INSTITUTO DEPARTAMENTAL DE BELLAS ARTES. (PARTE 1)

Por: Carlos Fernando Quintero Valencia

En las últimas semanas se ha vuelto a poner en primera plana la crisis de las instituciones culturales del Departamento del Valle del Cauca, la Biblioteca Departamental, INCIVA, Incolballet y el Instituto Departamental de Bellas Artes (IDBA). Para esta reflexión me referiré exclusivamente al caso de Bellas Artes, ya que siendo egresado y exprofesor, conozco un poco la situación de la institución, al menos en los últimos 25 años. La situación de las otras instituciones la desconozco, así que mal haría en referirme a ellas. Tampoco se debe tomar como espejo de las otras instituciones lo que se dice en este artículo (dividido en dos parte por su extensión). Imagino que cada una tendrá sus propios procesos y circunstancias. Ya corresponderá a otros, si es del caso, un análisis sobre ellas.

Tristemente, la situación de crisis, las marchas, las asambleas, las amenazas de cierre y demás situaciones afines, se han vuelto costumbre en el IDBA. Cada cierto tiempo, en lapsos de dos, tres, cuatro o cinco años, se presentan situaciones similares, sin que, en apariencia, se den soluciones de fondo y definitivas. Por lo general, lo que sucede es que se dan mini reformas, se mueven algunos funcionarios, se reciben los recursos para asegurar el funcionamiento por cierto tiempo y ya. Como que la idea, de un lado (las directivas institucionales), es mantener el statu quo y del otro (la gobernación en este caso), no quedar mal. Todo “se resuelve” con pañitos de agua tibia, con algún iboprofeno financiero, algún mejoral administrativo.

Lo que percibo desde esta kverna es que no hay una reflexión ni un análisis de fondo sobre la real y actual situación del instituto, hacia adentro y hacia la comunidad. Y mi percepción se basa en que los argumentos que se esgrimen en su defensa siempre terminan en su “importancia histórica”, o sea, se recurre a un pasado idílico y medio fantasioso, y no veo que se hable de su actual importancia para la comunidad caleña y vallecaucana. La idea de este escrito, es aportar ideas que permitan un análisis un poco más profundo y real y que posibilite la discusión y, por qué no, un mejoramiento y un cambio real y de fondo, que resuelva de una vez por todas, la precaria situación.

Según los informes de prensa, el IDBA recibió de la Gobernación del Valle del Cauca, la suma de 3.500 millones de pesos, que corresponden al funcionamiento del primer semestre del 2014. Sin embargo, estos no son los únicos ingresos de la institución. Si mal no estoy, se deben recibir aportes de las estampillas departamentales y se deben generar recursos propios (por concepto de matrículas y servicios prestados, además de la administración de programas y proyectos municipales, departamentales y nacionales). Por lo general, sumados todos estos rubros, los ingresos del IDBA deberían alcanzar un poco más de los 10 mil millones de pesos (aunque tengo entendido que se han alcanzado hasta 12 mil 500 millones en vigencias anteriores).

La principal vocación del instituto es la educación artística, seguida de la promoción y la investigación. Desde hace más de dos décadas, es una institución de nivel superior. Por lo tanto, los estudiantes, en su mayoría, son de este nivel de formación. Así, por otro lado, y en referencia a la educación superior en Colombia, se ha hablado que el costo o, más bien, la inversión que hace el estado colombiano por estudiante es de 3,5 millones de pesos al año, cifra absurda y ridícula por lo baja. Digamos, y el ideal sería, que esta inversión sea, al menos, de 5 millones. Esto no quiere decir que se le den los 5 millones al estudiante, ni mucho menos, sino que sumados los costos o los gastos de la educación en Colombia y dividido por el número de estudiantes, lo ideal sería que en cada estudiante gastara esos 5 ideales millones.

Ahora bien, si el presupuesto del IDBA es de 12 mil millones de pesos al año, ¿cuántos estudiantes debería atender? La operación es sencilla. Se divide 10 mil millones por 5 millones (12000/5 quitándole los seis ceros de los millones) y el resultado es… 2400 estudiantes. Esto en el ideal de los 5 millones. Y en la paupérrima realidad de 3,5 millones por estudiante (12000/3,5) serían cerca de 3430 estudiantes. ¿Tiene tantos estudiantes el IDBA? La respuesta es no. Creo que a duras penas alcanza a tener mil estudiantes en todos sus programas, lo que implica un balance bastante deficitario de gestión. Es obvio que el costo, gasto o inversión, como se quiera llamar, es mucho más alto. Pero ¿cuál sería el costo por estudiante en el IDBA si fueran mil y recibiera 12 mil millones? Operación sencilla: 12.000’000.000/1000=12’000.000 de pesos, más del doble del ideal y casi el cuádruple de la triste realidad.

Copia de la Ordenanza 5713 de 2012. Presupuesto del Departamento del Valle del Cauca.

Hay que entender que esos 12 millones no se le entregan a cada estudiante, sino que se suma y se divide para cubrir los costos de instalaciones, equipos, personal administrativo, profesores, recursos para la docencia, investigación, promoción y proyección institucional, seguridad, aseo, gastos fijos y demás costos. Claro, se puede decir, y con cierta razón, que la educación artística es costosa, por sus “condiciones especiales”, porque “debe ser personalizada” en el caso de la música, por lo costos de producción y de espacios “adecuados” y “los equipos y recursos especializados y de óptima calidad” que se deben utilizar. Claro, eso seguro es cierto, en el ideal. Pero lo que se cuenta es que esto no sucede en la institución. Es más, que dista mucho de esto.

Por otro lado viene el impacto real a la comunidad caleña y vallecaucana. Atender a mil estudiantes, frente a una población de 2 y medio de personas (Cali) y al rededor de 5 millones (Departamento del Valle) nos habla de un impacto irrisorio, casi llegando a cero (0). La institución hace rato no promueve nuevos programas, ni genera dinámicas que impliquen cubrir más población o generar proyectos de mayor impacto, como lo hizo hace una 4 o 5 décadas, cuando lideraba los Festivales de Arte o participaba más activamente en el devenir cultural y artístico de la ciudad y el país. Ahora, los reconocimientos del IDBA se limitan a los logros aislados e individuales, muy importantes eso sí, de algunos profesores o estudiantes, que, en muchos casos, contra viento y marea, realizan de manera heroica su trabajo.

lunes, 8 de septiembre de 2014

TEMPORADA DE EXPOSICIONES

Por: Carlos Fernando Quintero V.

Este segundo semestre del año ha comenzado con una serie de exposiciones en la ciudad de Cali. El fenómeno ha sido tal, que me ha sido imposible asistir a todas y mucho menos reseñarlas, al menos, como se debería. Ya pasaron, por ejemplo, la interesante exposición de Yeison Riascos en el Centro Cultural de Cali, enmarcada en la programación del Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, o la exposición de fotografía de los estudiantes del Instituto Popular de Cultura de Cali, orientada y organizada por la maestra Martha Posso, en el Centro Cultural Comfandi. No fueron las únicas exposiciones del mes de julio, pero sí las que me hubiera gustado dedicarle más espacio y tiempo en esta Kverna.

Yeison Riascos y su obra en el Centro Cultural de Cali. 2014.

Un fenómeno similar a una avalancha expositiva se ha presentado en la ciudad, finalizando agosto e iniciando septiembre, lo que parece indicar una reactivación muy positiva del sector de las artes visuales de la ciudad y parece anunciar los numerosos eventos por venir, en la ciudad y el país (por ejemplo, vienen las Ferias de arte de Bogotá, que al parecer van a ser cuatro, ArtBo, Odeón, la Feria del millón y otra que en el momento no recuerdo). Igual, importantes exposiciones en la ciudad de Cali, que ya estaremos reseñando en su debido momento (no cuento para que después no digan que uno es chismoso).

Entre las últimas exposiciones inauguradas se destacan la de Danilo Dueñas y Mónica Restrepo en galería Jenny Vilá. Debo confesar mi especial admiración y aprecio por Dueñas y sus obras. Ha sido para mí un referente importante, tanto desde la producción artística, como desde lo investigativo y conceptual. Danilo es uno de los grandes pintores y artistas contemporáneos de Colombia de las últimas décadas. Presenta en la galería caleña una instalación, acompañadas por pinturas de pequeño formato, donde el azar se une a lo sensible y emotivo. Su Arrecife se compone de elementos encontrados como piedras, cartones y camisetas, acompañados de escaleras y una tela roja, que dispone en el espacio como el si fuera un canvas tridimensional.

Arrecife de Danilo Dueñas en Galería Jenny Vilá.

Muy interesante y a la altura de la obra de Dueñas (¡reto grande!), la exposición de Mónica Restrepo, titulada Ella estuvo aquí. En esta exposición sigue su proceso de recomponer y reconstituir la “historia oficial” de las artes caleñas, lo cual ha realizado desde su trabajo de grado y en diferentes medios y soportes tanto tradicionales como pintura y dibujo, como en instalación, video performance y objetos. Presenta dos propuestas paralelas y complementarias que hablan de la mujer como parte de lo cultural y artístico. De un lado está la serie de esculturas realizadas en engobe (ella las llama de manera sugestiva “estatuas”) que tiene como título Volverá en cualquier momento. Estas “estatuas” representan el cabello de mujeres connotadas del ambiente artístico y cultural local, nacional y global, como Marta Traba, Rigoberta Menchú o Simone de Beauvoir. Importante el vacío o mejor la ausencia, indicada por el cabello. La otra obra es Maritza (estudio para un patrón) un “homenaje” a una de las fundadoras del Museo de Arte Moderno La Tertulia. Esta obra inicia con una nota de prensa de hace cuatro décadas donde se referencia el vestido de las mujeres asociadas al Festival de Arte de Cali de aquel entonces y no se menciona el de la protagonista de la obra. Así, Restrepo propone una serie de ejercicios para recomponer al menos la tela del supuesto vestido, que al final ofrece como decoración de las exposiciones a la actual directora del museo. Estas obras, como muchas de sus anteriores producciones, están cargadas de un fino humor, envolviendo al espectador en juegos que lo invitan a participar y a reflexionar de manera crítica sobre la situación de las instituciones y del medio del arte local.

Mónica Restrepo. Volverá en cualquier momento. 2014.

No puedo hablar aún de la exposición de Wilson Díaz en las salas de Proartes, porque hasta este instante no la he podido visitar. Sin embargo se han tenido buenas noticias de la misma. Tampoco he visitado la exposición Visual Attack en la sala de exposiciones del Centro Cultural Comfandi o la nueva exposición de la Sala Espacio Emergente, que curiosamente muestran trabajos de jóvenes artistas vinculados al dibujo y la ilustración.

Interesante la exposición de Jim Fankuggen y Guillermo Marín en Lugar a Dudas. Los artistas presentan retratos en video de artistas afrocolombianos de la costa Pacífica, evidenciando la presencia de estos autores, que muchas veces han sido y son dejados de lado u olvidados. Los videos están acompañados por dos hamacas que permiten apreciar cómodamente los sutiles gestos de los retratados. Es una muestra prolija e interesante, que bien vale la pena verse.

Finaliza esta pequeña avalancha con la exposición El mejor equipo del mundo ¡Hijueputa! del artista caleño Leonardo Herrera. La exposición presenta una serie de producciones visuales relacionadas con el único equipo del mundo, que se sepa hasta el momento, tiene apellido (aunque no de noble extirpe… todo lo contrario): El América Hijueputa (nombre y apellido). Herrera recoge y recompone una serie de documentos, indicios, huellas, vestigios y reliquias relacionados con el tradicional equipo de fútbol de Cali y los instala en una de las salas alternas del Museo La Tertulia. La verdad, asistí a la inauguración de la exposición, que estuvo muy concurrida por un público heterogéneo y vario pinto, desde jóvenes universitarios a hinchas de las barras bravas del equipo, y uno que otro artista hincha del equipo contrario, que me hizo temer por algún desmán o tumulto. Así que no pude ver todo con detenimiento, ya que el espacio se quedó pequeño para el evento. Esta situación me permite señalar dos situaciones que tienen que ver con el museo. La primera es el ambiente festivo y positivo que se vive desde que está la actual directora y que ha redundado en un retorno de los artistas y el público a las salas de esta institución. El cambio positivo se siente y espero que siga así, porque hace falta (no, no estoy aspirando a ningún cargo ni a ningún proyecto… no se preocupen).

Lo segundo tiene que ver con los espacios del museo y que comencé a evidenciarlo en la exposición de Elías Heim, que actualmente se encuentra en la Sala Principal y que creo se reitera en la de Herrera. La anterior administración del museo se preocupó, sobre todas las cosas, en realizar modificaciones y adecuaciones a los espacios y, aparentemente, en cambiar la orientación del museo, que incluye quitarle la denominación “arte moderno”. Así, creo yo, se pretende dar espacio al “arte contemporáneo” en el museo. Si bien la intención puede ser loable, el problema que quiero anotar puede resumirse en la expresión “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. O sea, un museo o mejor, unas salas, construidas en los años de 1970, con la finalidad de exhibir obras de “arte moderno”, dedicado especialmente a la gráfica y a la pintura, ¿podrá contener obras de “arte contemporáneo” que por lo general tiene otras características y otras dimensiones? Desde mi punto de vista, y creo se evidencia en las actuales exposiciones, no. Más allá de las calidades de las obras y los artistas, lo que siento es una incomodidad, una pequeñez del espacio. Creo que las obras de Heim y de Herrera merecen espacios más adecuados o más amplios, para que se vean mucho mejor. Y aquí viene una duda y crítica, casi que disfrazada de propuesta. ¿Por qué no pusieron mejor la colección en las salas que originalmente exhibieron las obras, como la principal y la subterránea y no dejan el edificio “nuevo” para el “arte contemporáneo”, que tiene espacios más amplios y está mejor adecuado para este tipo de arte? Ahí les dejo la inquietud… 

sábado, 23 de agosto de 2014

PALABRAS PARA LA INAUGURACIÓN DE LAS OBRAS DEL MAESTRO CARLOS ROSERO.

Por: Carlos Fernando Quintero

Hace muy poco fui invitado a participar en la exposición en homenaje y la inauguración de la sala dedicada a las obras del maestro Carlos Rosero. La verdad, acepté sin conocerlo, por intuición. Y con la intuición me pasa que ella nunca me falla, más bien yo le fallo a ella. Para mí ha sido un encuentro y un descubrimiento placentero, agradable y edificante. Rosero como ilustrador y artista,  ha estado en casi todas las casas de Colombia en las últimas décadas, sin que nosotros lo supiéramos. Aquí, a continuación el discurso que escribí para la inauguración. (Fotos cortesía del maestro Carlos Rosero).

Discurso con presencia del maestro Carlos Rosero y su esposa.


Santiago de Cali, agosto 14 de 2014

Para mi es un honor y un placer dirigirme a ustedes en esta ocasión tan especial, muy especial. Quiero, antes de iniciar expresar mis más sincero agradecimiento a las personas que me tienen acá en este momento. Primero a Álvaro Vanegas, galerista connotado de la ciudad de Cali y Colombia, quién me contactó con el doctor Jaime Roberto Arias, a quién también agradezco la invitación y la confianza. Igualmente a la doctora Isabel Sáenz quién me atendió muy amablemente desde un primer momento. Y que no falte la persona más importante de esta noche, el maestro Carlos Rosero, nuestro artista, que engalana con sus obras este maravilloso espacio, dedicado a la belleza y la salud, dos términos asociados inevitablemente a las artes.

Maestro Carlos Rosero.

Para comenzar, quiero valorar el espacio en que nos encontramos hoy. Y lo quiero valorar porque para mi es un ejemplo que debemos promover y seguir. Dedicar un espacio importante a la colección de obras de un artista y ofrecerlas al público no es un gesto común en nuestra ciudad (Cali, Colombia). El esfuerzo y la dedicación que se le ha dado a este espacio es algo que, insisto, debemos valorar y resaltar. Es un regalo incalculable para las artes y para la gente de Cali, que aporta en muchos niveles a la sociedad caleña. Ojalá pronto tengamos salas similares, colecciones de arte que públicamente se exhiban y recojan la producción de artistas, de la manera y la calidad como la que podemos apreciar hoy.

Carlos Rosero. Colombia en la cabeza y el corazón
Pastel y acrílico sobre papel.


Y en esta sala podemos apreciar, desde hoy y en adelante, una buena parte de la producción del maestro Rosero, con la dignidad que merece. Obras que son una prueba fehaciente del arte nacional, de una vida dedicada a la imagen y a tocar los corazones de quienes las atestiguamos de múltiples maneras. Porque el maestro Rosero nos brindó sus obras de manera callada, casi que anónima, desde las carátulas de los discos de la CBS por cerca de 17 años. Así, la mayor parte de las familias colombianas, amantes de la música, tuvimos a Rosero en nuestras casas, casi sin saberlo. ¿Quién no ha comprado alguna vez disco por su carátula? Estoy seguro que muchos tuvimos momentos de ensoñación, nos transportamos a otras dimensiones, construimos idilicos encuentros en la relación de lo musical con la imagen visual. La caratula no sólo es la primera impresión, el “gancho” que acompañó a la música. Es el complemento necesario ¿cuántas veces no escuchamos un tema musical viendo la carátula? Las imágenes del maestro Rosero acompañaron y acompañan las veladas musicales de las últimas décadas. Prueba y reconocimiento de su labor los premios recibidos durante su trayectoria, como el Premio Mención Billboard y el de la CBS, como mejor carátula.

Carlos Rosero. Fantasía. Pastel y acrílico sobre papel.

Las obras que apreciamos hoy del maestro Carlos Rosero son un homenaje a Colombia, que no sólo nos deben agradar, sino que además nos invita a reflexionar sobre el país y su gente. Cuando las vi por primera vez, me encantaron, me fascinaron. El maestro Rosero tiene un manejo de la técnica como pocos, como los mejores de la historia del arte. Se destaca la prolijidad, la pulcritud, la dedicación y el cuidado a los más mínimos detalles. También el manejo del color, un color armonioso, intenso en los momentos y las condiciones necesarias. Su color es musical, rítmico, de valores precisos y sin ninguna disonancia. Al manejo del color se une la luz, como el elemento que resalta las imágenes y que además tiene características simbólicas, que exaltan las figuras, pero que su vez implica el camino luminoso que utópicamente deberíamos seguir en Colombia.

La idea de la luz como un camino espiritual y de crecimiento es ancestral. Se encuentra al inicio de las religiones, las civilizaciones y las ciencias. Lo describe muy bien Platón en el Libro VII de la República, en su famoso Mito de la caverna. Es, en últimas, el sentido de la vida. Es lo que nos debe constituir como seres humanos, dotados de divinidad, de universo. Esto se opone a la oscuridad, que es sinónimo de maldad, de mentira y falsedad. La luz es equiparable a la belleza, que no es sólo el exterior sino algo que brota desde adentro del ser.


Vista general de la sala dedicada a las obras del maestro Rosero. Clínica Quirúrgica de la Belleza. Cali, Colombia.

Así llego a algunas obras que quisiera resaltar de esta exhibición. Como a la imagen de esta hermosa niña que parece ser el motivo central de esta exposición y que da el nombre de esta colección: Colombia con la cabeza y el corazón. Porque además que la obra está magistralmente ejecutada, el maestro Rosero ha logrado capturar esa belleza que sólo puede nacer del alma y se expresa en la mirada. Resaltemos los ojos de esta niña, la luz que parece salir de ellos y que nos inunda de bondad y belleza. Esta es una obra apacible, que se convierte en un emblema de la esperanza por un futuro mejor.

Carlos Rosero. Clase de música. Pastel y acrílico sobre papel.

Señalemos también, que casi todos los personajes representados en estas obras son mujeres y la mujer es símbolo de maternidad, de vida, y también de geografía, territorio y patria. Y estas mujeres, todas sutilmente adornadas con el tricolor nacional, se convierten en símbolo de Colombia, de cada una de las regiones. Encontramos a Efigie, con su sombrero de la costa atlántica, concha de jovo, mujer altiva, orgullosa que sale de la oscuridad a la luz, como los que salen de un mal momento a tiempos mejores. Al similar sucede con Fantasía, con el sombrero de Jipa Boyacá, donde la mujer de espaldas se enfrenta a la oscuridad, como permaneciendo recia ante la incertidumbre. No podían faltar los representantes de su tierra natal, como en Vasija de barro con sombrero de Pandereta de Nariño, retratando la inocencia, la dulzura, la dedicación. También en Clase de Música donde se alcanza a escuchar la sonoridad del zampoña, símbolo de la tradición ancestral y musical, no sólo del sur de Colombia, sino del continente.

Carlos Rosero. Vasija de barro. Pastel y acrílico sobre papel.



Las obras del maestro Rosero invitan al goce, no como un simple placer y un deleite, que lo generan, sino el placer del sentir espiritual y racional. Nos ponen a pensar sobre la vida, sobre el país, distanciándonos de ese horror cotidiano, y acercándonos a la esencia de lo que realmente somos: gente buena y en paz.

domingo, 3 de agosto de 2014

¡MÁS DE 10.000 VISITAS EN DESDE LA KVERNA!



Estimad@s

En poco menos de un año, se ha superado una meta que nunca siquiera imaginé. Muchísimas gracias a todos por acceder a este blog y compartir sus comentarios e ideas, participar en los debates por las demás redes sociales, hablar de los temas con los amigos, criticar, querer y odiar, y hasta copiar sin dar el crédito... El acto de entrar, ver y leer es el aliciente que mantiene este espacio. De nuevo, muchas gracias a tod@s.

Carlos Fernando Quintero Valencia


martes, 29 de julio de 2014

TEXTOS DE CARLOS FERNANDO QUINTERO EN DESDE LA KVERNA DE FACEBOOK

Estimados y estimadas,

Obra de Pablo Van Wong, artista que aparece en este texto.

Acabo de publicar el segundo documento que por su extensión (o mi torpeza) no lo puedo divulgar por este blog. Se trata del resultado del proceso de investigación realizado en la Especialización en Historia del Arte de la UNAM (2003-2005) y que tiene como título De la tradición a los nuevos medios y tres artistas de Cali en la década de 1990. Este documento se difunde de manera gratuita y se autoriza su uso estrictamente para propósitos académicos o investigativos, con la debida mención del autor y la entidad y el programa que sirvieron de base para su desarrollo. No se autoriza ningún uso comercial del mismo, sin las debidas autorizaciones escritas del autor o autores y entidades implicadas en el mismo.

Obra de José Horacio Martínez, de quien se habla en este documento.


El documento lo pueden descargar en el grupo de facebook DESDE LA KVERNA, https://www.facebook.com/groups/1423576801226667/?fref=ts.

Quedo atento a sus comentarios, opiniones, críticas y demás.

Si alguien (persona natural o jurídica) le interesa apoyar la publicación de esta material u otros realizados por mí, o algún otro proyecto personal, no dude en contactarme por email.

Espero que este documento y el anterior (Pensando las imágenes: metodología de investigación en artes, también publicado en el grupo) lo disfruten y sea de utilidad  para sus procesos personales, académicos, artísticos e investigativos.

CARLOS FERNANDO QUINTERO VALENCIA


lunes, 28 de julio de 2014

LA BENDITA PRIMAVERA

Por: Carlos Fernando Quintero Valencia

Advertí con demasiada anticipación, más de 6 meses en unos casos y hasta años en otros, que del 12 de junio al 13 de julio de 2014 no contaran conmigo. Seguro muchos no sabrán por qué. Fueron las fechas en que se celebró el mundial de fútbol en Brasil, que ocupó todos los espacios y tiempos de la mayor parte de las mentes sensatas del planeta.

Pero claro, no valieron las advertencias, algunas en tono de amenaza. Muy por el contrario, como si de un complot tramado con sevicia, a una buena parte de amigos y conocidos, personas cercanas a los afectos, les dio por hacer exposiciones y eventos en esas fechas. Incluso algunos osaron programarlas justo en el día del partido decisivo de Colombia, que luego de una última llamada al orden y a la cordura, se cambiaron para el día anterior. ¡Qué impertinencia!

Vista general exposición de Diana Saldarriaga en Casa Proartes.

Y si bien ya pasaron muchos de los eventos, no puedo menos que comentarlos, así sea brevemente. Los primeros, además de Otros campos en el nuevo Espacio Emergente (ya reseñada en http://desdelakverna.blogspot.com/2014/07/dos-nuevos-espacios-para-las-artes.html), involucraron a dos amigas que justo inauguraron el mismo día, que además un día laboral para mí, fue el de mi cumpleaños. Pues ni modo, el corazón partío quedó destrozado por no haber podido acompañarlas en sus respectivos eventos. Tocó visitar las exposiciones después.

Dos pinturas de Diana Saldarriaga.

Así, en Casa Proartes Diana Saldarriaga ocupó las dos salas con obras producidas en los últimos años. En el primer piso dispuso obras de pequeños formatos e instalaciones con pinturas. En el segundo piso había pinturas de mediano y gran formato. Todas las obras destacan por el manejo del color, la vitalidad y las referencias a lo vegetal, a lo biológico, a los fluidos y al ser.

Karime García. De la serie Qwerty. Lápiz sobre papel.

En el Centro Cultural Colombo Americano Karime García presentó Onda, una exposición que se compuso de los dibujos de la serie QWERTY (parte de esta serie se presentó en nuestra querida Frontera Sur), tres pinturas y un objeto (un celular hecho en metal brillante). El trabajo de Karime es silencioso y reflexivo. Explora situaciones de la vida actual, como la relación con los dispositivos electrónicos y las TIC.


Karime García. Celula 003. Mixta sobre metal.

Las dos exposiciones terminaron más o menos un mes después de ser inauguradas.

Como si fuera poco, las otras dos exposiciones coincidieron en día y lugar. Originalmente se iban a inaugurar el 4 de julio, fecha especial no sólo por celebrarse la Independencia de los Estados Unidos de América, sino, y por sobre todas las cosas, porque jugaba la selección Colombia su partido de cuartos de final con Brasil. Luego de una pequeña súplica, con medio tono de regaño y, seguramente, después de las deliberaciones de los organizadores y de la entrada en razón de todos, las exposiciones se adelantaron un día. Así, el 3 de julio, día de la Independencia de Cali, se abrieron al público las exposiciones Micromundos del colectivo Arte por partes, conformado por Diana María Jiménez y Catalina Ruiz Giraldo, y Reconstrucciones del proyecto Circular presenta, conformado por los artistas Daniel Tejada, Adrián Gaitán y Sergio Zapata.

Las dos exposiciones están conformadas por obras de jóvenes artistas de Cali y del suroccidente colombiano, donde se destacan especialmente, en Reconstrucciones, Diego Mendoza, Angélica Castro, Iván Tovar y Jimmy Villegas.

Estas exposiciones estarán abiertas hasta este 30 de julio.


Vista general Primer Salón indígena Manuel Quintín Lame. 
Museo Negret & MIAMP, Popayán, Colombia.

José Euclides Piamba. La fuerza de la serpiente. Tejido en cabuya. 2012.

Mención especial se merece el Primer Salón de arte indígena Manuel Quintín Lame que se realizó entre el 16 y 21 de junio, en el Museo Negret de Popayán, Cauca, organizado por el Colectivo 83 de la ciudad de Popayán. Sin traicionar la tradición, el salón presentó una serie de obras interesantes, muy bien ejecutadas y muy bien montadas. Incluso algunas obras se integraron a las de la colección del MIAMP (Museo Iberoamericano de Arte Moderno de Popayán). Se destacaron en especial las obras de José Manuel Muelas y José Euclides Piamba.


José Manuel Muelas Tombé. Palapanstik. Máscaras de arcilla.



Con esta serie de exposiciones se evidencia un posible renacer de la actividad artística local. Al parecer, los jóvenes artistas han decidido tomarse los espacios de manera decidida y con calidad. Así, la actividad artística de la ciudad toma nuevas fuerzas y comienza a proyectarse como una actividad importante, como siempre ha debido ser. Con este febril y apetitoso movimiento y parafraseando a la inolvidable canción de Yuri (la cantante mexicana), ¿será que ya está aquí la bendita primavera?

Jesús Eduardo Fernández. Cabeza. Talla en piedra.


José Euclides Piamba. La fuerza de la serpiente. Tejido en cabuya. 2012.


DOS NUEVOS ESPACIOS PARA LAS ARTES VISUALES EN CALI.

Por: Carlos Fernando Quintero Valencia

Todo parece indicar que los vientos de la tarde en Cali, traen nuevas cosas buenas para la ciudad, en el sector de las artes plásticas y visuales. Las noticias positivas inician con el cambio de Dirección del Museo La Tertulia, que aparentemente ya propone un clima diferente y refrescante, mucho más alegre, dinámico y positivo, en torno a la institución y a la relación de los artistas de la ciudad. Así, al menos, se pudo apreciar en la pasada inauguración de la exposición Fototropismos de Elías Heim, donde aparecieron artistas, gestores y docentes que hace marras no pasaban por las salas del museo de la ciudad. Y como hace mucho no sucedía, el ambiente era festivo y alegre.



Unas semanas antes, antes de iniciar el mundial de fútbol de Brasil, se abrió en Cali un nuevo espacio para los artistas locales. Se trata de Espacio emergente, la sala de exposiciones de la Institución Universitaria Antonio José Camacho, que desde hace poco más de dos años inició su programa de Artes visuales, con éxito. El espacio, así como la carrera, está bajo la dirección de la artista y magister en Historia del Arte, Paola Zambrano, quien está realizando una muy interesante labor frente a los programas y procesos de la institución.

De izquierda a derecha: Nelly Salazar, Vanessa Quintero, 
Diego Mendoza, Paola Tafur y Paola Zambrano


Espacio emergente abrió con Otros campos, una exposición colectiva conformada por jóvenes artistas de la región. Entre ellos están Diego Mendoza, Nelly Salazar, Paola Tafur y Vanessa Quintero Castañeda. Otros campos plantea miradas reflexivas sobre el paisaje rural desde el dibujo (Mendoza y Salazar), el objeto intervenido (Tafur) y la fotografía (Quintero Castañeda). Espacio Emergente está ubicado en la calle 28N # 4N-70, muy cerca de la avenida sexta. Para conocer mejor su oferta de actividades (comienzan pronto un Taller de apreciación del arte contemporáneo) y los horarios de visita a la sala, se debe consultar www.facebook.com/EspacioEmergenteUniajc.

Fotos de Vanessa Quintero Castañeda.

Instalación de Diego Mendoza.

Obras de Paola Tafur y Nelly Salazar.


El otro espacio que se ha abierto en Cali es La sucursal.clo, el espacio de exposiciones donde se presentarán las obras de la colección privada de la Fundación Pura vida y con el apoyo de la empresa privada de Cali. El proyecto, que además de la sala de exposiciones cuenta con un centro de investigación, está liderado por María José Garcés, acompañada por Lorena Díez y Leonardo Herrera. Apoyan en este proceso Adriana Ríos, Carlos Méndez, María Fernanda Astaiza, Mónica Restrepo y Paola Cano. El comité de adquisiciones de la colección lo conforman Oscar Muñoz y Luis Roldán, quiénes fueron los impulsores iniciales del proyecto.

La primera exposición tiene una selección interesante de obras de autores de diferentes momentos y tendencias: Miguel Ángel Rojas con sus fotos de hombres desnudos mutilados, Wilson Díaz con el famoso video grabado en la Zona de despeje, Libia Posada con un instalación con fotos de mujeres maltratadas, Angélica Castro con una video instalación y Edwin Sánchez con un video. La exposición se puede visitar en la Carrera 2 Oeste # 6-08, edificio Emporio, justo al lado de la Librería Nacional del oeste, de lunes a viernes de 1 a 6pm.


Con estos nuevos espacios parece que se reactiva y dinamiza la escena artística de Cali. Espacio Emergente apuesta a un espacio artístico académico, escenario propicio para las obras de los artistas locales y las prácticas académicas de la universidad. La sucursal.clo, ubicada muy cerca a La Tertulia se podría convertir en el espacio que complemente la oferta cultural del museo, al estilo de las grandes ciudades del mundo, donde las instituciones se especializan en períodos o tendencias y establecen alianzas estratégicas que los favorecen a todos. Ojalá y estos nuevos vientos se concreten y al fin Cali tenga los espacios y la actividad artística de otras épocas y que se merece.